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Hacemos arreglos

Miguel Mitlag

Texto curatorial: María Fernanda Pinta

20.10.22 - 03.12.22

Derivas poéticas de un espíritu proyectista

Algo ocurre, tal vez ya sucedió o aún no ha tenido lugar. Los espacios parecen haber sido recientemente desocupados o están próximos a ser reutilizados. Los objetos se disponen de forma temporaria, esperando su definitiva organización. Sonidos ambiente y música incidental ritman acciones fragmentarias y repetitivas que parecen querer pasar el rato inventando pequeños accidentes controlados. Ello si partimos de la idea de que objetos, acciones y sonidos se disponen en un espacio-tiempo con una finalidad, una utilidad, un sentido. Si, por el contrario, nos inclinamos por ensayar un estado de indefinición, una falta de propósito y función, si nos deshacemos de las variables del tiempo lineal y continuo, imágenes, objetos y escenas se vuelven una llave para entrar en contacto con –y entre– las cosas, para habitar de otro modo los espacios y, finalmente, para percibir aquello que se sustrae al recorte que producen los hábitos y la mirada.

Así, entre la serie fotográfica, los videos y el objeto escultórico de la sala asoman situaciones que parecen formar parte de una narración abierta. Desde el fuera de campo de los videos se escucha la lluvia, los sonidos de un instrumento de viento, la radio, el teléfono, el agua que cae de una canilla, puertas que se abren y cierran, voces. Al mismo tiempo, entre sillas apiladas, cajas de embalajes, panelería y mobiliario dispuestos en una especie de set de filmación, alguien escucha un disco, pone en jaque el equilibrio o la funcionalidad de la cristalería, dispone con destino incierto algo de pan, chocolate y cerezas. Desde fuera de la diégesis, una melodía misteriosa, con tintes de thriller psicológico, se repite en loop. En las fotografías reaparece la acumulación y la organización caótica y disfuncional de rollos de alfombras, escritorios vacíos, más sillas amontonadas, estanterías desmontadas, revestimientos y estructuras modulares en un espacio con aires de oficina, consultorio o estudio. Espacio nuevamente escenificado para la sesión fotográfica, las composiciones responden al mismo sentido lúdico, experimental y enigmático de las acciones de los videos. Simultáneamente, el objeto escultórico central dialoga –desde sus materiales, estructuras, colores, escalas y referencias arquitectónicas– con las series anteriores, incorporando en el recorrido al espacio de la galería y al visitante.

Encontrarnos con una nueva exhibición de Miguel Mitlag es la ocasión para dejarse afectar por el extrañamiento de lo cotidiano, el humor, las ocurrencias anárquicas y los climas intrigantes. Es también la oportunidad para pensar, a través de su gusto por esos efectos de puesta en escena y ficcionalización de lo ordinario, acerca de las convenciones, programaciones y diseños que efectivamente rigen nuestras arquitecturas, gestos, narrativas y entornos sensibles. ¿Qué maniobras hoy en día pueden interferir y transformar eso que llamamos realidad?

 

Una pequeña maqueta de la propia galería insiste sobre nuestro lugar en el juego de las escalas, las perspectivas, las simulaciones. Hacemos arreglos se pregunta ––y nos extiende la invitación– por las derivas poéticas de ese espíritu proyectista. Algo ocurre, tal vez ya sucedió o aún no ha tenido lugar. Mientras tanto, alguien compone, inventa, experimenta, juega.

María Fernanda Pinta
Buenos Aires, octubre 2022

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