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ARTISTAS

ALEJANDRO CHASKIELBERG

1977, Buenos Aires, Argentina

Obra
#66

ALEJANDRO CHASKIELBERG

OBRA

La creciente

LA CRECIENTE

La Creciente 

Realicé este proyecto durante los 3 años que viví en las islas del Delta del río Paraná. Lejos de la ciudad por primera vez, tuve que adaptarme a vivir en este nuevo territorio lleno de agua y silencio. Influenciado por libros e historias orales y escritas sobre el gran Río Paraná, comencé a compartir una vida cotidiana con los isleños. Quería contar mi vivencia en las islas y con el tiempo terminaría por convertirme en un isleño. Dejé de ser un extraño y habité este lugar para poder contar la historia desde adentro y quebrar con una premisa básica del acercamiento fotográfico documental: uno retrata a un otro. 

Todos los días cruzaba el río Paraná en un pequeño bote a motor llamado Espejito. Me encontraba con personas aquí y allá, en muelles o bares, los acompañaba y capturaba algunos momentos de su rutina que me parecían extraordinarios. Luego les pedía recrear esas escenas de su vida cotidiana pero durante la noche. Y los fotografié en largas exposiciones nocturnas bajo la luna llena. A pesar que muchas personas nunca se habían fotografiado, lograba que ellos confiaran en mí.

Cada retrato nocturno implicaba que las personas quedaran inmóviles por 5 o 10 minutos, completamente quietos. Fotografié con una cámara de gran formato de 4 x 5 pulgadas que me permitió modificar plásticamente el plano focal de cada imagen, creando planos diagonales y oblicuos que moldean dramáticamente la geografía del paisaje. Iluminé las escenas con linternas de diferentes balances de color y la luz de la Luna.

La Creciente es un proyecto que cuestiona el principio básico de la ´instantaneidad´ en la fotografía documental: capturar el momento. En este proyecto las personas reales se representan a ellos mismos en su vida cotidiana, generando ficción dentro de la realidad. Las imágenes se sitúan visualmente en un limbo entre el día y la noche debido a la exposición prolongada y al baño atemporal que le impregna la luz lunar.

Este proyecto tiene varias capas desde donde pensarlo ya que es un diario personal y al mismo tiempo es un experimento sobre el lenguaje documental. Pero también es una visión alterada del tiempo y el paisaje debido al uso de la luz y el color que muestra una dramatización de lo cotidiano. Sobre todas las cosas este proyecto busca transmitir el extraordinario impacto visual y poético que tiene la vida en las islas del Delta del Paraná.     

A.C.
 

Otsuchi

OTSUCHI, MEMORIAS DEL FUTURO

Otsuchi Memorias del Futuro
 
Después del terremoto más poderoso que jamás haya azotado Japón, la magnitud del tsunami que se estrelló contra el noreste de Japón el 11 de marzo de 2011 –junto con el desastre nuclear que lo acompañó– no tuvo precedentes. Las comunidades costeras fueron devastadas por las olas, que en su punto más alto alcanzaron los 40 metros sobre el nivel del mar, viajando hasta 10 km tierra adentro. El pueblo pesquero de Otsuchi, prefectura de Iwate, Japón, fue probablemente el más destruido por el tsunami. Allí, aproximadamente el diez por ciento de la población murió o desapareció y el sesenta por ciento de los edificios residenciales sufrió daños. En medio de tanto caos y desorden, la gente comenzó a recuperar las fotografías familiares que encontraron en los escombros de la ciudad, tratando de mantener a salvo el recuerdo de Otsuchi.
 
Este proyecto presenta una documentación visual de la destrucción y la pérdida, conectando retratos de los sobrevivientes de Otsuchi con fotografías familiares recuperadas de las aguas, arrastradas por el tsunami. Los sobrevivientes de Otsuchi fueron retratados en los espacios donde estaban ubicadas sus antiguas casas y lugares de trabajo. La importancia de los colores se vuelve crucial en este enfoque. Los colores de las fotografías destruidas -imágenes deformadas y borrosas, alteradas por los efectos del agua salada, en ocasiones creando nuevos colores o mezclando los anteriores- se revalorizan en un ejercicio de arqueología del color, donde cada uno de los colores encontrados en las fotografías destruidas se utilizaron para colorear los retratos de los supervivientes.
 
El tsunami provocó daños materiales considerables, matando personas y destruyendo comunidades enteras, pero sobre todo, los supervivientes también afrontan la pérdida intangible de sus propios recuerdos e identidades, en la que las fotografías familiares juegan un papel fundamental.

 

Laberinto

LABERINTO

Laberinto por Elisabeth Biondi


Alejandro Chaskielberg creció en Buenos Aires. Quizás porque vivía en un entorno urbano, la naturaleza, una vez descubierta, se convirtió en su inspiración. En 2014, viajó con su hija Lara de un año y medio a la remota Patagonia, donde descubrió el laberinto de El Hoyo. Estaba hipnotizado: el laberinto parecía transformar a todos los que deambulaban por él. Los niños se volvieron elfos, los adultos se volvieron niños. Todos parecían hechizados mientras se abrían paso por el laberinto.

Creado por Claudio Levi y Doris Romera, fue un símbolo de la recuperación de la naturaleza. Claudio era de Buenos Aires y se había establecido en El Hoyo, junto a El Bolsón, una comunidad contra-cultural que había atraído a personas de todo el mundo. Conoció y se enamoró de Doris, que había crecido cerca. Juntos plantaron el laberinto en una tierra devastada por los incendios causados ​​por la sequía en 1987. A lo largo de los años, varios incendios habían ardido salvajemente y se habían extendido instantáneamente a través de pinos invasores, que habían sido plantados por el gobierno nacional para un rápido crecimiento en la década de 1970.

Para Chaskielberg, el laberinto era un lugar atemporal. Decidió tomar fotografías nocturnas utilizando la técnica de iluminación que había creado para su anterior proyecto premiado del delta del río Paraná en el que trabajó de 2007 a 2010. La iluminación cinematográfica, en particular las escenas nocturnas de la película de 1988 de Peter Greenaway Drowning by Numbers, fue su inspiración. Las fotografías se realizaron con diferentes linternas, solo en luna llena, en exposiciones de unos 10 minutos. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que para capturar el poder de transformación del laberinto, tenía que ir mas allá de la fotografía documental y decidió crear sus propios escenarios cinematográficos.
 
Chaskielberg, un fotógrafo que también trabaja como director de fotografía, decidió utilizar su experiencia cinematográfica para capturar completamente la magia del laberinto. Inspirado por The Shining de Stanley Kubrick, que concluye en un laberinto de setos, asumió el papel de director. Creó escenarios: pintó árboles, usó antorchas, movió a la gente, hizo que fingieran dormir en el suelo y se tumbaran en lo alto de los setos. De hecho, creó una pieza mágica de land art que luego documentó.

Las fotografías de Chaskielberg visualizan los sentimientos que las personas experimentan mientras deambulan por el laberinto gigante. Creó cuadros e hizo visible la luz. Las imágenes son espectacularmente bellas y seductoras, mostrándonos la transformación - y la fragilidad - de la naturaleza.

Exibiciones
#66

ALEJANDRO CHASKIELBERG

EXHIBICIONES

 

21.6.18 - 28.7.18

Otsuchi - Memorias del futuro. Alejandro Chaskielberg

Otsuchi nos ofrece un documento de las consecuencias del Gran Terremoto del Este de Japón (conocido como Higashi Nihon Daishinsai) que golpeó al país nipón en Marzo del 2011 y que posteriormente produjo un tsunami, arrasando con la ciudad de Otsuchi en la prefectura de Iwate.

En el inicio del proyecto, las imágenes son una acumulación de basura y restos, producto de la catástrofe. El amontonamiento de materiales (maderas, plásticos, hierros oxidados, sogas, etc.) se nos presenta de a fragmentos y nos interpela visualmente con una profundidad exterior.

 

Exposiciones largas y nocturnas, parecen establecer un pacto con el tiempo y dan lugar a un estado de reflexión para con la imagen. El tiempo es protagonista en todo el proyecto. El fotógrafo pareciera abrir, en estos lapsos de construcción fotográfica, parado frente a lo que retrata, un pequeño portal donde la luz, el viento, la soledad desoladora de lo que las imágenes representan y la mirada de aquellos que retrata (que mientras esperan posando, piensan y recuerdan sintiendo al tiempo y a la ola pasar de nuevo) se permiten ser. Las imágenes se convierten entonces en una reflexión certera del sujeto que exponen. 

En cuanto al uso del color, el artista ha logrado llevar su relación con la fotografía a un nuevo campo de experimentación al abandonar por completo el uso de color referencial y documental. En cambio, valiéndose de la paleta de color de las imágenes de archivo en el libro, ha decidido colorear las imágenes producidas por él mismo. Es decir, utiliza los colores del pasado para pintar las imágenes de un presente que permiten futuro. El color en el libro se convierte entonces en el puente que da coherencia a todo el material. Sacrifica la espectacularidad del color presente al color melancólico del pasado.

La verdad de Ostuchi no está en sus restos. Está en su gente. Ellos son su memoria y su futuro. Nada más importa, porque no hay material más pesado y fuerte que la memoria y su proyección en el tiempo por venir. El proyecto insiste en este concepto: las bases y los pilares de una sociedad son su gente. Todo santuario acusa un gesto arquitectónico de proteger la memoria y Otsuchi: Future Memories hace exactamente eso.

El elemento central en el proyecto es la relación que se establece en las imágenes donde los sujetos posan sobre lo que fueron sus casas. Visualmente, estos cimientos rectangulares revelan la base de un hogar. Pero son mucho más. Son esas piezas del rompecabezas que Chaskielberg construye. Está también, en esas cuadrículas, implícito y citado el formato fotográfico (ese proverbial rectángulo de luz). Las bases de concreto son el pasado, como la fotografía lo es, y sobre ellas, los sobrevivientes y su esperanza se ponen de pie.

 

 

Martín Bollati (fragmento de Otsuchi, o la fotografía se pone de pie, 2016)

Bio
#66

ALEJANDRO CHASKIELBERG

BIO

 

Alejandro Chaskielberg (Buenos Aires, Argentina, 1977)

Alejandro Chaskielberg es conocido por su fotografía nocturna. Junto a sus tomas de larga exposición combina la luz de la luna con fuentes de iluminación artificial para experimentar con los colores. Él camina a través de la escena pintando distintas zonas con las linternas. Sus retratados posan por la noche durante varios minutos. Según el artista, en ese silencio nocturno, en ese tiempo prolongado mientras la cámara está fotografiando se produce algo de la índole de la energía, de lo mágico.

Chaskielberg se graduó como Director de Fotografía de la ENERC. Su primer libro La Creciente recibió la beca BURN Emerging Photographer Grant de la Fundación Magnum, y su segunda publicación Otsuchi Memorias del Futuro, el Premio RM Fotolibro Iberoamericano. En el año 2017 editó su ensayo fotográfico Laberinto. 

En 2011 fue nombrado Fotógrafo del Año en los Sony World Photography Awards y recibió el más alto galardón, el L’Iris D’Or [Golden Iris].  Del mismo modo, en el 2010, ganó el POYi - Premio Internacional de Imágenes del Año al Mejor Retrato Latinoamericano, y en 2009 la revista neoyorquina PDN [Photo District News] lo nombró como uno de los treinta fotógrafos emergentes a nivel mundial. Recibió el premio Leopold Godowsky Jr. otorgado por la Universidad de Boston el cual reconoce la excelencia en el campo de la fotografía en color contemporánea. En 2008 fue invitado por la National Geographic Society a participar en el programa All Roads Photography Program. Además recibió el premio Talent Latent otorgado por el festival SCAN en España. 

Su trabajo se presentó en la Bienal Internacional de Fotografía de Ballarat (Australia 2015), la Bienal de Fotografía Daegu (Corea del Sur 2014) y la Bienal de Brighton curada por Martin Parr (2009). También ha expuesto en numerosos festivales como el Festival de Fotografía de Nueva York (Estados Unidos), el festival Paraty em Foco (Brasil), El Ojo Salvaje (Paraguay=, Nordic Light Festival (Noruega), Noortherlicht Festival  (Holanda), Festival Internacional de fotos de Goa  (India), el Lumix Festival for Young Photojournalism  (Alemania), Cortona on the Move Festival (Italia) y el Festival Internacional de Tokio fotografía. 
 

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