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Su propio cuerpo un sismógrafo

que capta como nadie la belleza

del oleaje subterráneo,

la paciente construcción

de la falla.

Claudia Massin

 

 

El desorden es esencial para la “creación”,

en tanto que ésta se define por un cierto “orden”.

Paul Valéry

 

 

Trabajo a partir de las marcas y los escombros, la impronta de lo consumido.  Busco aquellos lugares de bordes difusos, donde las aguas se mezclan: el mar dulce. Ensayo una geometría deforme y revuelta, que surge a partir de la observación de los “accidentes geográficos” urbanos: pavimentos derretidos, cables enredados, hierros retorcidos y otros.                                                 

 

 El punto de partida:

No es ninguna novedad, son restos de demolición.

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Arte está contenido en esa mirada, imagen previa que se pone en foco cuando Julia encuentra los restos que coinciden con ella y los traduce para nosotros.

Esa mirada que como un lápiz afilado, como un bisturí revisa y replica las formas de esos residuos.

Su obra calla el tiempo, el tiempo que tardaron esas piezas que fueron parte de una construcción, de una destrucción y que están desperdigadas, esperando su sublimación, despojo-obra; freno - delicia.

Situación predilecta del Arte.

Alquimia.

Julia remite a la sismografía, le gusta la idea de ser el sismógrafo, de que su obra sea hecha,

ser medium de esas trazas.

Trazas,

materia prima de su arte.

Tal vez como soporte original.

El soporte definitivo viene luego: papel, madera y aquella mirada afilada - ya es bisturí o sierra.

El color – sucede.

Y así y todo, con esa imperiosa explicación del hallazgo del motivo y del proceso mediúmnico y laborioso presentado y presente, gracias a su arte aparece esta primicia secreta - clandestina.

 

 

Juan José Cambre